5. El objetivo principal es: la acción de la víctima. Se busca que la víctima de violencia pueda tomar medidas concretas. 

Para lograrlo, es necesario ayudarla a elevar sus pensamientos a otro nivel:

a) Cambiar del pensamiento "no puedo" al "sí puedo".

b) Transformar el "no creo" en "sí creo".

A medida que la víctima atraviesa este proceso, su capacidad de actuar en la experiencia se fortalecerá, lo que le permitirá tomar decisiones más informadas. Las víctimas de violencia de género a menudo tienen distorsiones cognitivas que les hacen sentir impotentes, y es fundamental asistirlas para que comprendan que estos pensamientos pueden cambiar. Se les anima a reconocer pequeños logros que les permitan evidenciar avances hasta que estén listas para tomar decisiones y buscar la ayuda necesaria.

Es importante que, una vez que la víctima haya obtenido el apoyo necesario para salir de la situación de violencia y haya tomado conciencia de sus propias emociones, se haga la siguiente pregunta: "¿Puedo identificar mis propias emociones?". 

Se sugiere crear un "emocionario" personal, donde se definan las palabras que describen las emociones experimentadas. Reconocer las emociones básicas (MARTA) facilita la comprensión de lo que realmente está sucediendo a nivel emocional.

5.1. El propósito de sacar a la víctima de la violencia (no involucrarse con el problema de la víctima)

Es fundamental tener la capacidad de observar el problema del otro y reconocer el ciclo de violencia en el que se encuentra la persona. Sin embargo, debemos tener cuidado de no involucrarnos demasiado emocionalmente con el problema y perder la objetividad necesaria para ayudar a la víctima a salir de su situación. 

No es útil sufrir junto con la víctima ni querer salir inmediatamente de la situación. Mantener una postura de empatía y apoyo desde afuera, sin adentrarnos en su espacio íntimo y sin sentir su problema como propio, nos permitirá ayudarla de manera más efectiva.

5.2. Empatía, solidaridad y sororidad: ¿Qué hacer entonces?

Existen tres enfoques distintos: la empatía, la solidaridad y la sororidad.

5.2.1. Empatía: Implica comprender cómo se siente la persona en su situación y poder ayudarla desde una perspectiva externa al problema.

5.2.2. Solidaridad: Se basa en el intercambio de recursos posibles para que la persona sienta que se le entiende y se le brindan herramientas. Esto puede ir desde escucharla y brindarle tiempo hasta gestionar recursos que estén a nuestro alcance y dentro de nuestras posibilidades reales.

5.2.3. Sororidad: Es la relación de solidaridad entre mujeres que comparten afecto y se unen por una causa común, especialmente en la lucha por el empoderamiento femenino.

Es importante ser empático y solidario, pero debemos tener cuidado de no involucrarnos emocionalmente en exceso, ya que eso no es lo que las víctimas necesitan. Se recomienda evaluar, identificar y regular nuestras propias emociones. 

Esta es una invitación a practicar los primeros auxilios psicológicos, comenzando por la gestión emocional y explorando el mundo de los pensamientos y las emociones, lo que sin duda ayudará a revisar la situación.

¡Muchas gracias!