2. las emociones. Existen cinco emociones básicas: miedo, amor, rabia o cólera, tristeza y alegría. Estas emociones forman la base para identificar el resto del espectro emocional que experimentamos. Es importante tener en cuenta que las emociones no pueden detenerse ni negarse, sino que nos sirven como guía..

2.1. ¿Hay emociones buenas y emociones malas? 

Al hablar de las emociones, surge la pregunta: ¿existen emociones buenas y malas? Todas las emociones, especialmente las emociones básicas, cumplen una función necesaria. 

Sin embargo, estas emociones básicas pueden entrelazarse y crear combinaciones difíciles de distinguir con claridad, lo que dificulta comprender lo que está sucediendo.

2.2. A la víctima probablemente le cueste distinguir su emoción 

Para una víctima de violencia, puede resultar complicado identificar sus propias emociones. Durante los primeros auxilios, si se le pregunta cómo se siente, es posible que responda con incertidumbre, manifestando que no sabe lo que siente, solo que no desea estar en esa situación. La víctima puede experimentar una confusión entre la tristeza y la cólera, sintiendo la necesidad de escapar o evadir, pero también experimentando una sensación de parálisis. Además, sus estados de ánimo pueden ser muy cambiantes, especialmente si hay niños en la familia, ya que se busca crear un entorno diferente para ellos. Siempre percibirán la violencia, pero como madres, intentamos que vivan en un mundo distinto. 

Por lo tanto, experimentarán momentos de alegría y bienestar, pero también momentos de profunda tristeza.

Su estabilidad emocional se verá afectada y pueden volverse fácilmente irritables o experimentar rabia por cualquier motivo.

3. Lo conductual

En cuanto al comportamiento, es importante analizar las conductas de manera evidente, utilizando herramientas como el Violentómetro. La situación emocional puede generar una predisposición a evitar el contacto social, ya que el aislamiento se convierte en un refugio: "No hay preguntas, nadie me pregunta qué me sucede o cómo me siento". 

Cuando hay interacción social, generalmente ocurre junto al agresor, donde la víctima se siente intimidada y llena de miedo.

3.1, ¿Qué pasa con su comportamiento entonces?  

En cuanto al comportamiento, sabemos cómo la persona piensa (aspecto cognitivo), cómo se siente (aspecto emocional) y qué hace (aspecto conductual). Generalmente, la víctima busca complacer a los demás, ya sea al agresor, a sus hijos, a la sociedad o a su familia. La famosa frase "no te preocupes, esto pasará" refleja una constante tolerancia y espera de cambio por parte del agresor, justificándolo como un ser humano a quien se quiere y perdonará. Esta actitud perpetúa el ciclo de la violencia.

Otra posibilidad es que, debido a la inestabilidad, se produzca agresión hacia los hijos, convirtiéndose en mujeres maltratadoras que gritan y golpean, o en el extremo opuesto, en una sobreprotección exagerada. Esto conlleva a que los hijos no perciban realmente lo que está ocurriendo. 

Es importante tener en cuenta que si la agresión no se traslada a otros, se puede dirigir hacia la propia persona.