1. El primer paso es el manejo emocional. 

Como hemos venido reiterando desde el inicio del curso, cuando se quiere ayudar a alguien, es importante abordar las emociones y reconocerlas en el cuerpo, equilibrando sus síntomas físicos. 

La respiración desempeña un papel clave en este proceso, ya que permite conectarse con el cuerpo y alcanzar un estado de control interno. Transmitir tranquilidad a la persona que se quiere ayudar es esencial para brindar apoyo efectivo.

La técnica de respiración diafragmática se presenta como una herramienta efectiva para recuperar el equilibrio emocional.

Invitar a la persona a ubicarse cómodamente y practicar esta forma de respiración, inhalando y exhalando en intervalos de tres segundos, puede contribuir a alcanzar un estado de relajación necesario para continuar con la asistencia.

2. Conócete hasta en tus límites.

Es válido reconocer que, en ciertas situaciones, puede no ser posible ofrecer la ayuda necesaria debido a circunstancias personales o relaciones tóxicas. 

Reconocer los propios límites y priorizar el autocuidado es importante antes de intentar ayudar a otros.

La violencia puede manifestarse en diferentes formas y direcciones, lo que resalta la importancia de estar consciente de estas posibilidades para un crecimiento personal en el camino del apoyo a los demás.

1.1. Nuestro enfoque de atención psicológica es primaria, no terapéutica.