4.3.2. Regular la emoción. Las técnicas de respiración diafragmática, el contacto con el agua y vivir en el presente.

a) Respiración diafragmática: Observar a un bebé puede ilustrar la forma natural de respirar diafragmáticamente, con el abdomen subiendo y bajando. Sin embargo, a medida que crecemos, el estrés nos lleva a adoptar una respiración oral superficial, principalmente en situaciones de miedo o ansiedad. 

Invitar a respirar profundamente, con el aire llenando el abdomen, es una forma de ayudar a regular las emociones y oxigenar adecuadamente el cerebro. 

Practicar la respiración diafragmática personalmente es fundamental antes de enseñar a otros.

b) El contacto con el agua: El agua tiene un efecto calmante y puede contribuir a la sensación de tranquilidad. Tocar, tomar o estar en contacto con el agua puede ayudar a la persona a encontrar calma y estar presente en el momento actual. 

El agua actúa como un catalizador de la calma y nos permite centrarnos en el aquí y ahora.

c) Definir los objetivos inmediatos: Una vez que la persona se ha calmado, es importante enfocarla en definir qué desea hacer y hacia dónde quiere dirigirse. Ayudarla a identificar sus necesidades y objetivos inmediatos le dará un sentido de dirección y un inventario de las cosas que requiere. 

Esto puede implicar proporcionar orientación, recomendando la consulta con un profesional o brindando las herramientas necesarias para buscar ayuda.

En resumen, la gestión emocional implica traer a la persona al presente y guiarla para encontrar elementos que promuevan la calma. Mediante el diálogo y preguntas reflexivas, se busca mantener su pensamiento en el momento presente y ayudarla a identificar acciones que reduzcan la intensidad de sus emociones. 

Al practicar estas técnicas personalmente, podremos transmitir de manera más efectiva la habilidad de gestionar las emociones a los demás.