2.3. El Violentómetro: nivel fatal de la violencia. En esta fase, se observa una violencia física que se manifiesta inicialmente en agresiones de nivel bajo. No obstante, es crucial reconocer que estas formas de violencia son igualmente graves que las mencionadas anteriormente. Es fundamental ser consciente de cómo gestionamos nuestras relaciones emocionales.

Se presentan señales de alarma más intensas, donde se utilizan objetos contundentes como armas, como por ejemplo platos arrojados, vasos lanzados y alimentos arrojados al suelo, incluso arrojando agua en el rostro. 

Esta etapa representa un nivel más elevado de violencia, donde también se empiezan a hacer amenazas de muerte de manera jocosa en las conversaciones, como por ejemplo "te juro que te voy a matar" o "si descubro que estás con otra persona, los mataré y me iré a la cárcel con gusto". 

Estos patrones de relaciones destructivas forman parte de una cultura de violencia que, lamentablemente, está normalizada y tolerada en nuestra sociedad.

La coerción sexual es una falta grave y una señal de alarma importante. Para acceder al cuerpo y a la humanidad de otra persona, se requiere el consentimiento de la pareja. Incluso en relaciones matrimoniales, no se puede imponer la relación sexual sin el consentimiento mutuo. Cada individuo tiene el poder sobre su propio cuerpo, ya que este es un territorio sagrado que no debe ser tocado sin el permiso expreso de la mujer u hombre. Desafortunadamente, en las relaciones de pareja, se producen numerosos casos de abuso sexual que nunca son denunciados y, peor aún, se normalizan como parte de la dinámica emocional de la relación.

La violación y las solicitudes sexuales coercitivas son otras formas de violencia que se manifiestan en esta etapa. La violación se produce cuando se obliga a una persona a tener relaciones sexuales en contra de su voluntad, incluso si es su pareja. Asimismo, se deben mencionar los casos de mutilación, los cuales no solo implican la pérdida física de una extremidad, sino también la mutilación del alma cuando se dañan los sentimientos y la autoestima de la mujer. Desafortunadamente, se obliga a las mujeres a realizar actos que no desean.

Un caso impactante ocurrió en Cúcuta, una región de Colombia, donde una mujer fue drogada por su pareja con medicamentos psiquiátricos, y posteriormente, obligada a raparse completamente el cabello. Como resultado, quedó completamente calva. Estas acciones son pasos hacia el asesinato y el feminicidio, que es el trágico desenlace del Violentómetro. 

Nuestro objetivo es evitar que más mujeres lleguen a ese final y, por ello, nos estamos preparando para que ustedes conozcan las diferentes formas de violencia. (Contiene imágenes fuertes, se recomienda discreción https://youtu.be/Nvx_DGB6HMs)